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Foto del escritorLucia Gabrielle Gonzalez Gomez

"Esto es como un dominó, se cae uno en la cadena y se caen todos" Pablo Arce. 1/2



Hace tan sólo unas semanas, esta coyuntura, en la que el mundo se ha visto obligado a sobrevivir, era algo que para muchos sólo era posible en una novela de terror. Probablemente, si nos lo hubieran advertido, no lo hubiéramos creído. La COVID-19 es una incógnita en muchos sentidos, no sabemos de dónde vino, dónde se originó y con qué intenciones; lo único de lo que estamos seguros es que nadie estaba preparado para enfrentarlo.


Para algunos, la llegada del corona virus ha supuesto una nueva oportunidad para reflexionar,descansar, trabajar desde casa, compartir con su familia y conocerse a sí mismo. Sin embargo, para otros fue el fin de proyectos, puesto que ha significado una verdadera crisis. Con el aislamiento obligatorio, los negocios han tenido que reinventarse y tratar de sobrellevar dicha crisis, otros lamentablemente no lo han soportado y han tenido que cerrar sus puertas. Para el turismo no ha sido nada fácil el mantener su producción, con el cierre de aeropuertos, la prohibición de aglomeración y simplemente el hecho de: #quedateencasa, muchos han perdidos ingresos significativos, que los han llevado al cese definitivo de actividades.


"Esto es como un dominó, se cae uno en la cadena y se caen todos." Explica Pablo Arce. "Cuando llega un extranjero enseguida es abarcado por un bicicletero que le ayuda a buscar hospedaje, que llega a un administrador, que le ofrece un lugar en donde quedarse. Después, va a la playa y se hace las trenzas, se compra un jugo o cualquier cosa por la . Busca un guía para irse de excursión al día siguiente, y ese guía habla con un lanchero que los lleva al lugar. Cuando llegan al destino, almuerzan en un restaurante y luego se regresan y en la noche salen a tomarse unas cervecitas o a caminar por ahí." Añadió.


Pablo Arce, vive en la ciudad de Santa Marta desde hace 16 años, y desde que llegó se ha dedicado a diferentes oficios dentro del sector turístico. Cuando inició, buscaba a los turistas en la playa y los remitía a diferentes restaurantes para ganarse una comisión. Luego, empezó a hacer toures en las diferentes playas de la zona y fue creando una red de contactos, que le es fundamental para ejercer su oficio hoy día. Pablo administra 20 apartamentos, ofreciendo hospedaje en el sector del Rodadero, barrio reconocido por sus balnearios y la gran cantidad de turistas que acoge por año.


"Con un sólo turista, se crea una cadena de consumo de las que muchos se benefician, pero si no hay visitantes, no hay consumo." Afirmó Arce, quien comenta cómo la disminución en la llegada de extranjeros ha cambiado su panorama y el de sus compañeros.


"En Santa Marta habían casi 1500 venezolanos que vivían del rebusque y trabajaban en las calles vendiendo manillas o ayudando a la gente a buscar apartamentos, y ahora se devolvieron para su casa".


De igual forma, indicó como sus ingresos se redujeron casi en un 50%, y ahora sólo gasta en lo estrictamente necesario. Él siempre se ha caracterizado por ser un hombre alegre y parrandero, entre su grupo de amigos y nos cuenta como no ha podido ir por unas cervezas porque trata de ahorrar lo máximo posible.

Además de hablar de su realidad, compartió la situación de sus amigos, que hacen parte de la cadena de que él nos habla.


"Tengo un amigo que tiene un local en El Parque de los Novios, pagando un arriendo de casi 20 millones de pesos y me llamó para decirme que no sabe que hacer porque no le entran ingresos, pues la vida nocturna ha desaparecido".


También narró la historia de los porteros de los edificios, donde están los apartamentos que él administra. Y comenta que todos "quedaron en la calle", porque la administración no cuenta con los recursos suficientes para poder pagarles. "casi todos los propietarios pagan con lo que les pagan por hospedaje, y si no llega nadie, no tienen con que pagar". Finaliza Arce.


Entre algunas de sus conclusiones, él señala que los que más sufren en esta situación no son los que viven del rebusque como lo es él, "porque el que sabe rebuscarse, sabe como hacerlo y lo seguirá haciendo" sino que los dueños de propiedades son los verdaderos afectados, porque son los que obtienen perdidas y eventualmente no podrán sobrellevarlo.


Asimismo, propone que la mejor forma de reactivar el sector es promoviendo un turismo local, que los mismos residentes, poco a poco, y con medidas estrictas de prevención comiencen a consumir de la misma localidad, para así evitar las mayores perdidas posibles y generar ingresos.

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