Una embarcación pequeña para máximo 80 personas, que está muy bien configurada y que recorre el río magdalena, partiendo desde el Malecón hasta el nuevo puente Pumarejo. La Mita, nos hace recordar la embarcación fluvial de antaño.
Luciano Maru y familia. IMAGEN TOMADA DE REDES SOCIALES.
Luciano Maru, empresario de la Mita junto a su hermano Miguel Maru, nos cuenta que hace dos años, cuando aún no se había inaugurado el Gran Malecón del Río, les tocaba salir desde un puerto en el barrio Las Flores, que a pesar de ser una zona turística no cumplía con las expectativas de los turistas. “El primer año fue difícil. Prácticamente trabajamos a pérdidas” expresa. El recorrido terminaba en el Malecón, por el sector de Puerta de Oro.
Poco después ayudaron a construir un pequeño muelle que pertenecía a la empresa de cristalería, Peldar S.A, ubicada en lo que hoy es el Malecón. “Organizamos con la alcaldía de Barranquilla, le dimos la idea y ayudamos a construirla” logrando potenciar algo que no existía: el turismo por el río Magdalena. Al principio, llamaban a sus amigos para que se subieran a La Mita de forma gratuita y era de esta manera como se promocionaban. Luego entraron en un proceso con Quilla Innova y la Universidad Simón Bolívar, quienes ayudan a impulsar a las pequeñas empresas que hacen parte del sector turístico. Junto a la Alcaldía de Barranquilla se empezaron a crear las estrategias para que se conociera, ya que no había nada relacionado al turismo por el río y debían idearlo.
Comenzaron haciendo sus primeros paseos y fue así como empezaron a hacerse conocidos. “La publicidad nuestra, más que todo, fue el voz a voz” dice Maru. “Fue un proceso difícil, ya que a mucha gente no le parecía atractivo un paseo por el río Magdalena. Pero las personas que le daban la oportunidad, terminaban encantadas”. La Mita se fue volviendo cada vez más conocida, logrando consolidarse como un atractivo turístico popular.
“Íbamos viento en popa antes de la pandemia. Durante las vacaciones de final de año las boletas se agotaban 15 días antes, era una cosa de locos” expresa. En época de temporada baja, había mucho movimiento de fiestas de cumpleaños, integraciones de empresas y colegios.
Debido a la COVID-19, las autoridades locales decidieron cerrar el Gran Malecón del Río. “No podemos trabajar, no hay plan b, ni plan c. En cuanto a ayudas, nos han prometido muchas cosas, pero nada en concreto” expresa. Además, nos cuenta que deben pagarles a sus empleados y hacerle mantenimiento a la embarcación que se deteriora mucho por la sal del mar, que está cerca. En cuanto a las proyecciones de reapertura, Luciano manifiesta que “de lo último que va a hablar el gobierno será del turismo”.
Reinventar el turismo es un reto. Pero para La Mita es casi imposible, porque hacer un paseo de manera virtual no se puede. En cuanto a las medidas de distanciamiento social, la embarcación tendría que ser mucho más grande y mantener la distancia de un metro por persona no es rentable. “Nos tocaría subir la tarifa a un precio elevado y sería muy costoso para las familias de estrato 1, 2 y difícilmente 3, ya que la entrada cuesta cincuenta mil pesos por persona” expresa Maru. La Mita es una embarcación pequeña que realiza dos horas de recorrido con música en vivo y por los costos que conlleva mantener la calidad en el servicio no pueden rebajar los precios de entrada. Afortunadamente, Luciano Maru nos expresa que él y su hermano no viven directamente de la embarcación lo que, de pronto, permitirá a la empresa subsistir mientras esta situación no dure más de este año.
Para los barranquilleros, el turismo local es un tema completamente nuevo ya que la ciudad siempre se destacó por ser portuaria y un foco importante de la economía, pero nunca contó con atracciones turísticas que fomentaran la participación de la ciudadanía. Hoy en día, Barranquilla cuenta con múltiples espacios que permiten darle una nueva cara a la ciudad. La Mita, brinda a propios y visitantes la oportunidad de disfrutar el río Magdalena de una nueva forma. Esperemos, que pronto podamos volver al Gran Malecón y podamos vivir esta experiencia.
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